martes, 8 de septiembre de 2009

El Chueco

- Si, mañana nos vemos, y me terminas de contar, ahora estoy muy cansado. Pero qeu si, que mañana paso, lo hablamos personalmente.

Son cosas para charlar de frente, porqeu sino no puedo ver si realmente me estas contantdo todo, o solamente diciendome lo qeu te conviene para qeu yo apruebe tu idea, y despues paff! resulta qeu todo era cuento, o media verdad, y me voy a tener qeu rehacer la idea, y sacar nuevas conclusiones y al final no decirte nada porque ya me cansaste con tus historias a medias y que al final siempre son otra cosa.

A la mañana siguiente, al despertar, encontrar qeu el cafe solo era un resto en el fondo del frasco, y cuando estás por tomar nota descubrir que ya se hizo, y te das cuenta qeu tampoco va a haber leche fresca, porque es lo siguiente en la lista. Empezar una mañana asi no tiene mucho de divertido, es como que "que mas puedo pedir..."

Caer en la cuenta, mientras te atas los cordones de los zapatos, de que sigue en pie la promesa de ir a escuchar al Chueco, que va a secar la mente con su historia, y ni hablar de aguantar en la oficina a Mirta, que para ella son todos los dias tan malos, como lo es hoy para vos.

Que queda despues de deshojar expedientes, y sacar algunos calculos a ver si llegas a fin de mes, salir despues del mediodia y ver qeu ya todos estan durmiendo la siesta, y que te espera un almuerzo en soledad, algo desabrido en algun barsucho que está por cerrar, y que entre que juntan la ultima mesa y pasan un escobillon te alcanzan una sopa recalnetada y un sandwich de mortadela. Y te vas, sin siquiera un cafe, porque la cafetera está apagada ya... y nadie te quiere atender.

Despues de la brebe siesta en el banco de la plaza, sentado, pero en un ambiete totalmente propicio para el exparcimiento, la sirena de una ambulancia que pasa como a 4 cuadras te despierta, y te das cuenta que habias descansado la vista unos instantes y perdiste la cuenta.

- Bueno, arriba. Y te hechas a andar.

Cuando das vuelta a la esquina, y te figuras la inveitable cara de sonzo qeu te pone el Chueco cuando se manda una macana y te quiere hacer participe de su burrada. Pero cuando la conciencia te trae de vuelta, ya estas paradito en la puerta, con el boton del timbre a fondo bajo el dedo, y no hay ningun arbol donde esconderse.

-... y bueno macho, que le vas a hacer, son fuleras, te lo dije!.

- Si, vos siempre me decis y yo no te hago caso, pero sabes que, yo veo las cosas de otra manera, vos sos mas cerebral, medis todo y calculas. En cambio yo... yo me juego, transpiro la camiseta, y bueno por eso me pasan estas cosas. Deberia ser mas como vos.

Y que le vas a decir, si va y viene en su delirio sin verse que está de pantuflas y con una media de cada color, en la parada del colectivo... quien lo va a llevar? solo vos con tu moto, y aguantar que se te cuelgue y te grite en el oido, y se sangolotee para mirar la rubia qeu pasó, y te diga :

- La viste, esa era tuya... vos siempre con minas copadas, no como yo.

Al volver, ya estas en tu casa, el 10 te dejo en la esquina, aunque no haya parada porque el chofer es gamba y sabe que a esta hora ya te duele hasta el alma y una cuadra más es terrible.

te aflojas los cordones de los zapatos, como si ya te fueras a meter en la cama, pero todavia te queda esa escalera, eterna escalera que no te lleva a ningun lugar.

y pensas.. como lo quiero al Chueco... lastima qeu no haya venido a mi velorio.


IMM


1 comentario:

Anónimo dijo...

Sorprendes! algo distinto, con gran fluidez, sin pensarlo mucho, sin estructura. Muy Bueno!!! Felicitaciones! bienvenido a tu espacio! ND